martes, 17 de noviembre de 2009

Los personajes de La Herencia


Gumaro

75 años. Delincuente de toda la vida. Violento. Capaz de matar. Capaz de abandonar. Machista. Soberbio. Incorrecto en todo.
No logra comprender porqué su hijo es tan absurdamente "normal".



Giuseppe

35 años. Peluquero. Austero. Consevador. Serio. Pusilánime. Hiper metódico y organizado. Religioso en extremo.
No logra comprender porqué su padre es tan absurdamente "anormal".


jueves, 15 de octubre de 2009

Enrique Dumont - Entrevista en estreno en Córdoba

Entrevista realizada por el magazine cultural online CulturaFlux.com.ar en el estreno de La Herencia en la Ciudad de las Artes, en Córdoba, el 18 de noviembre de 2008.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Trailer impactante de La Herencia

Sinópsis del film La Herencia

Giuseppe es un modesto y pulcro peluquero cuarentón de un pueblo chico y armonioso. Es padre de un muchacho enfermo, cuyo estado de salud cambiaría radicalmente si él pudiera llevarlo a vivir a un lugar más húmedo, pero el proyecto es imposible desde el punto de vista económico, pero sobre todo vital: Giuseppe es un hombre aferrado a los ritos de la cotidianeidad, cualquier cosa que modifique la “normalidad” es percibida como un peligro. Es esposo de una mujer bondadosa, que respeta los códigos del marido.
Su vida rutinaria y sin sobresaltos sólo es rota por la obsesiva permanencia de un sueño que le recuerda el feroz momento en que fue testigo de la muerte de sus hermanos, hace más de treinta años. Giuseppe creció con un fuerte resentimiento contra su padre, jefe de una banda de ladrones, por hacerlo responsable del dolor por aquel episodio trágico. Lo cree muerto también a él desde aquel momento.
Pero un día, el padre aparece.
Quizás sintiendo que la vida se le acaba, va a buscar a su único hijo vivo, porque le quiere entregar la herencia que ha guardado para él: diez kilos de oro.
En principio Giuseppe no quiere aceptar nada de su padre pero, presionado por su esposa, finalmente acepta.
El padre le dice que para obtener la herencia deberá ir con él a buscarla: la ha guardado en una cabaña, en medio de montañas lejanas.
Sin ganas, lleno de resentimientos hacia su padre, del que lo separa no sólo el recuerdo infantil sino las propias características de personalidad, Giuseppe emprende junto a él un largo camino, que es en realidad una suerte de carrera de obstáculos, en la que cada experiencia abrirá en el entendimiento de Giuseppe una puerta más para hurgar en el alma de su padre.
Exasperado, aflorando ímpetus, furias y reacciones de su interior que ni siquiera imaginaba que tuviera, Giuseppe recorre las estaciones de un calvario que, como círculos concéntricos de un espiral, lo van llevando paso a paso a la recuperación del vínculo con su padre.
Daría la impresión que el viejo, ladrón y asesino retirado (por vejez, no por convicción), hombre “incivilizado” como quedan pocos, ha preparado durante años este viaje de “iniciación” del hijo que abandonó cuando tenía 10 años. Ha llegado el momento para él de enseñarle todo lo que considera importante, pero lo hará a su modo, y aunque el hijo ahora tenga 40.
Así, en el camino Giuseppe conoce a una de sus amantes – una gorda amorosa pero impresentable-; la tumba de sus abuelos paternos– descubre que su padre está distanciado de su progenitor (es decir, que la historia se repite) inclusive después de muerto-; colabora en la fuga del viejo socio criminal de su padre preso desde hace años, le es infiel a su mujer, y hasta llega a batirse en un duelo con un hombre vinculado al episodio desgraciado de su infancia.
El esperado final de recorrido para encontrar el oro no parece llegar nunca y, cuando ocurre, le servirá a Giuseppe para tener la mayor sorpresa del viaje.